RUGBY / URBA
La copa de la 7ª corona.
Don Torcuato está de fiesta: baile hasta las 9 de ayer y juntada a la tarde, casi sin dormir. Hubo rock, cumbia y festejos hasta en el Obelisco.
Llueve, te juro que llueve. Mirás por la ventana y nada, che,
seco. Pero adentro llueve. Y lo que moja no es agua, es champán. ¡Llueve
champán, sí! Y muchos, damos fe, abren la boca. “¡Dale campeóoon!”, se
escucha mientras todos, felizmente descontrolados, saltan, bailan,
agitan remeras... Ahí, en ese salón del segundo piso en Hindú, está el
corazón de la fiesta. Es la fiesta del campeón, y recién empieza. Porque
son apenas las tres de la mañana. La noche está en pañales.
Pero recapitulemos: ¿cómo empezó todo esto que ahora es un carnaval? Los festejos arrancaron en La Plata, varias horas antes, no bien Hindú le ganó 15-9 al Canario y se quedó con el título de la URBA, el séptimo de su historia. Vuelta olímpica arriba del elefante, una pasadita por el tercer tiempo y a volver, que en Don Torcuato era la misa. Y la procesión, entonces, larga. Pero de repente, entrando a Buenos Aires, surge una parada inesperada, porque el equipo, que venía en micro, se encontró con la hinchada, que los esperaba en el Obelisco. ¿Qué tal? Hindú también festejó en Corrientes y 9 de Julio. Diez minutos, poco más, y a seguir hasta el club.
Pero una fiesta no es completa sin música, ésa que bailaron desde Manasa y sus muchachos hasta Sergio Massa, intendente de Tigre y fana del club. Todos juntos, al ritmo de la Champions Liga, una conocida banda de cumbia, más las guitarras un poco más roqueras de Poker de Ases, el grupo en el que tocan el Zorro Díaz Bonilla y el Cubano Bosch. Y hasta una murga.
Olé la vivió de adentro, claro, porque eso también es parte del trabajo... Pero abandonamos antes de que termine, hay que admitirlo. Hasta las 9, juran, duró el baile. Bien entrado el día recién empezaron a desalojar a los que quedaban de pie, que eran muchos. Si hasta Belisario Agulla, ex Hindú, se hizo una escapada exprés desde Francia para estar.
Lo que no hicieron fue dormir demasiado. Se fueron cerca de las 9 del club y volvieron a las 4 de la tarde. Todos juntos, más las familias, a disfrutar el día. Almuerzo, algunos vieron la final de nuevo y a cumplir con algo que ya es cábala: la foto en la cancha 1 con todos. Hasta el elefante, por supuesto. Nadie se quiere quedar afuera, pese a las heridas que les dejó la noche. Porque tiempo para dormir ya tendrán: ahora, lo importante, es que sigan soñando. Y despiertos.
CREDITO: OLÉ
Pero recapitulemos: ¿cómo empezó todo esto que ahora es un carnaval? Los festejos arrancaron en La Plata, varias horas antes, no bien Hindú le ganó 15-9 al Canario y se quedó con el título de la URBA, el séptimo de su historia. Vuelta olímpica arriba del elefante, una pasadita por el tercer tiempo y a volver, que en Don Torcuato era la misa. Y la procesión, entonces, larga. Pero de repente, entrando a Buenos Aires, surge una parada inesperada, porque el equipo, que venía en micro, se encontró con la hinchada, que los esperaba en el Obelisco. ¿Qué tal? Hindú también festejó en Corrientes y 9 de Julio. Diez minutos, poco más, y a seguir hasta el club.
Pero una fiesta no es completa sin música, ésa que bailaron desde Manasa y sus muchachos hasta Sergio Massa, intendente de Tigre y fana del club. Todos juntos, al ritmo de la Champions Liga, una conocida banda de cumbia, más las guitarras un poco más roqueras de Poker de Ases, el grupo en el que tocan el Zorro Díaz Bonilla y el Cubano Bosch. Y hasta una murga.
Olé la vivió de adentro, claro, porque eso también es parte del trabajo... Pero abandonamos antes de que termine, hay que admitirlo. Hasta las 9, juran, duró el baile. Bien entrado el día recién empezaron a desalojar a los que quedaban de pie, que eran muchos. Si hasta Belisario Agulla, ex Hindú, se hizo una escapada exprés desde Francia para estar.
Lo que no hicieron fue dormir demasiado. Se fueron cerca de las 9 del club y volvieron a las 4 de la tarde. Todos juntos, más las familias, a disfrutar el día. Almuerzo, algunos vieron la final de nuevo y a cumplir con algo que ya es cábala: la foto en la cancha 1 con todos. Hasta el elefante, por supuesto. Nadie se quiere quedar afuera, pese a las heridas que les dejó la noche. Porque tiempo para dormir ya tendrán: ahora, lo importante, es que sigan soñando. Y despiertos.
CREDITO: OLÉ
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